El blog d'en Joan Ferran

26.2.16

SOBRE EL PACTO PSOE - CIUDADANOS


                                                   
                                                      EL ENEMIGO PRINCIPAL 


No salgo de mi asombro. Los que decían que la dicotomía derecha – izquierda estaba superada, por anacrónica, disparan ahora contra el acuerdo Sánchez-Rivera. Dicen que el de Ciudadanos es de derechas y que Pedro Sánchez ha abandonado los postulados de la izquierda. Lo dicen algunos que, desde las filas socialistas, nunca antes se habían significado por sus análisis ‘de clase’. Ya se sabe, la gestión en la Administración absorbe tanto que no hay espacio para cultivar el pensamiento. Lo dicen otros desde el aglomerado podemita. Ocultan que no hace demasiado tiempo, para ellos, el PSOE era algo así como un engendro social fascista corrupto al que era preciso devorar. A muchos de estos oportunistas de la ideología y las esencias izquierdistas les convendría releer a los clásicos. Para Lenin, por ejemplo, la clave para afrontar una cuestión política era situar el análisis parcial en un contexto general. El dirigente ruso era un maestro del análisis teórico que usaba como elemento motor de la acción política. El estudio de la fase concreta, y la definición del ‘problema principal a resolver’, le condujeron a señalar la conveniencia de ‘aislar al enemigo principal’. Tesis que Mao-Tse-Tung, entre otros, desarrollo extensamente.

 En España: ¿Alguien discute quien es el enemigo principal? ¿Es, o no, el PP el adversario a vencer?
 Por cierto, y hablando de renuncias al pensamiento de izquierdas. Ha sido Pablo Iglesias el que ha reinterpretado, a conveniencia, el pensamiento de Antonio Gramsci para justificar su desplazamiento hacia ‘el centro del tablero político’. Pero de eso hablaremos otro día. Seamos serios. A todos nos gustaría concretar la utopía y vivir felizmente en ella, pero sabemos que la realidad es tan compleja como contradictoria. Un servidor de ustedes desconoce el final de esta película y el futuro que les espera a sus actores. Es muy probable que volvamos a las urnas el próximo mes de junio. En ese caso los electores se verán en la tesitura de elegir entre lo buscadores del pacto, la transversalidad y el compromiso o los dibujantes de líneas rojas con programas maximalistas. Por el camino también quedaran retratados aquellos que, por botín de taifa territorial, antepondrán lo suyo al interés general. Penoso. 
Ya saben, nos lo escribieron en ruso y en chino: Conviene siempre aislar al enemigo principal


Imagen: Iglesias you tube citando Mao en tele irani

18.2.16

PRISIONEROS DE LA CUP







PISTOLAS I MOSSOS 



No se estila. Ya sé que no se estila, que no está de moda defender o glosar la labor de las fuerzas y cuerpos de seguridad. Más bien al contrario. Sus actividades y quehaceres cotidianos son observados con lupa, generan polémicas mediáticas y sirven de munición para controversias políticas y parlamentarias. Sí amigos, no se estila echarles flores pero conviene de vez en cuando hacerlo. Conviene transmitir desde la ciudadanía, la política, las administraciones y los medios de comunicación un mensaje de confianza dirigido a los profesionales de la seguridad pública. No importa si sus competencias son de ámbito municipal, autonómico o estatal; conviene hacerles llegar de forma inequívoca un reconocimiento por su trabajo. Sólo desde esa premisa se les podrá exigir, luego, niveles de excelencia en el desarrollo de su tarea. Quizás ha llegado el momento de romper para siempre estereotipos anacrónicos para explicitar, con nitidez, que las policías actuales son y están al servicio de la democracia. Son mejorables, no lo discuto, pero no se las puede injuriar gratuitamente, engañar ni prometer en falso. No se las puede abandonar cuando surge una incidencia o el conflicto. Precisan apoyo moral y material.

 Escribo estas líneas al hilo de una nueva exigencia parlamentaria protagonizada por la CUP. Un capricho que deja en el dique seco la compra de unas pistolas eléctricas comprometidas, desde hace tiempo, por la Conselleria al cuerpo de los mossos de esquadra. Si el ejecutivo de Carles Puigdemont permite que la CUP marque el criterio de lo que ha de ser la política de Interior en este país no habrá jamás una policía eficaz, útil y respetada por los ciudadanos. 

Insisto. Los profesionales de la seguridad pública necesitan precisamente eso: seguridad. Necesitan confianza en su labor y el cumplimiento de la palabra dada. Nada peor para el buen funcionamiento del Cuerpo que los devaneos y las trifulcas parlamentarias en las que son usados como mercancía o moneda de cambio.

7.2.16

¿Quienes son los enemigos del pueblo?








VETOS Y PAVOS


Les avanzo, para que nadie se lleve a engaño, que me gustaría ver instalado en la Moncloa un Ejecutivo de izquierdas o, en su defecto, otro de centro izquierda. Un gobierno que inspirándose en lo que parece imposible, hiciera realidad lo posible. Un gobierno empeñado en derramar bienestar, seguridad y felicidad entre la ciudadanía. 
En España el cambio es tan necesario como urgente, conviene por higiene democrática. Pero más allá de los buenos propósitos de algunos sospecho que vamos a vivir situaciones complejas no exentas de estridencias. Aflorarán suspicacias y miserias personales. La esgrima fina puede acabar a mandoblazos y hará falta buen talante y paciencia. Seguro. No me gustan los vetos, la prepotencia ni el reparto de prebendas a priori. Insisto, me agradaría un gobierno de izquierdas pero temo por él. Algunos individuos, altaneros y desafiantes, viven mejor instalados a la contra que buscando soluciones. Cuando Iglesias veta a Ciudadanos, aduciendo que son una gente deleznable, quiero pensar que hace teatro. 
He seguido atentamente la evolución discursiva de los correligionarios del Pablo Iglesias del siglo XXI. Observo que no han tenido ningún reparo en rebajar sus filias revolucionaristas para recalar en tesis socialdemócratas edulcoradas. Tampoco se han cortado un pelo citando a Gramsci obviando sus referencias a la lucha de clases para sustituirlas por eufemismos varios. Donde el sardo veía clases sociales ellos ven, tan solo, los de arriba y los de abajo. Para Podemos las clases sociales no existen. La sociedad se reduce a una contradicción simple entre gentes y casta. Para otro día dejaremos los planteamientos organizativos de los podemitas que andan más cerca de las viejas teorías leninistas que no de los tan cacareados ‘procesos participativos’… Por todo ello, y muchas cosas más, permítanme que no comprenda –a no ser que lo que se pretenda sea forzar nuevas elecciones- las escenas de celos de Iglesias y su veto a Ciudadanos. Hay tiempo aún para el acuerdo, lo sé. De momento tan sólo hemos asistido a un par de escaramuzas, vetos y mucho postureo. Pero, créanme, el cambio vale la pena. Nuestro país posee un gran elenco de pensadores que descansan olvidados en bibliotecas y hemerotecas. Uno de ellos es Fernando Tarrida de Mármol, un ingeniero, escritor, filósofo y pensador anarquista del siglo pasado, que nos dejó infinidad de escritos y reflexiones que vienen al caso. Decía Tarrida de Mármol:
 “Los mayores enemigos del pueblo son los políticos salidos de su seno que convierten en plumas de pavo real los sufrimientos de los trabajadores”. 
Menos pavos reales, pues. No es tiempo de postureos ni de vetos a granel. Este país anhela cambios.