El blog d'en Joan Ferran

29.7.14

SOBRE JORDI PUJOL I ELS , FINS ARA, SEUS







ÈDIP A LA CATALANA



Un servidor no participarà en el linxament de l’ex-president Jordi Pujol. No cal, ell solet s’ha ficat en un embolic i els seus correligionaris han estat els primers a lapidar-lo. Això sí, tot dient que va fer algunes coses bones al temps que argumenten que un país, en aquest cas Catalunya, està per damunt d’una persona. El nacionalisme te resposta per tot i més.
Té gràcia la cosa. Els addictes al culte al líder, membres d’un moviment fins ara essencialment personalista, han decidit en tres dies matar el pare com si res. Vaja, aquesta gent hauria de patentar un mètode ràpid d’expiació col•lectiva que dugués el nom d’ ‘Èdip a la catalana’.
Doncs no, no penso criticar a Jordi Pujol perquè coneixent-lo –tots sabeu que vaig ser diputat- sé que està sota les runes, sense respiració, maleint ves a saber qui. Diré, tan sols que ha obrat malament, molt malament i que desitjo -si la justícia troba alguna cosa punible- que rebi la pena de la que sigui mereixedor, i prou. El pitjor que li pot passar a l’ego d’un home que ha interioritzat que era un mag de la política i un líder és adonar-se que la tribu ja no l’estima i que, en el millor dels casos, només li té compassió. I això, amics meus, per ell, ja és un castic, un fet insuportable.
Ara bé, no siguem ingenus. Tots aquests convergents que ara blasmen en contra del patriarca Pujol potser es pensen que venim de l’hort. Doncs no, senyors. O és que potser hem oblidat que aquest país ens ha obsequiat, entre d’altres, amb personatges-amics tipus Joan Piqué Vidal, Javier de la Rosa, Luís Pasqual Estivill, Sánchez Carreté o Fèlix Millet?... Els que avui han vist la llum i apedreguen el pare potser volen fer-nos oblidar que una cinquena part dels 58 consellers dels governs Pujol varen estar, en el seu dia, imputats en presumptes casos de corrupció. Ho explica magistralment el doctor Jordi Matas en un article publicat a El País sota el títol: “Corrupción y conciencia ciudadana”.
Ara sembla que ningú dels seus vol saber res del president Jordi Pujol. Ara tot sembla ser un “assumpte privat” amb forma de cortina de fum per protegir la camada. No som tan càndids. Fa uns anys, Pasqual Maragall va parlar a la cambra catalana del famós 3 %. Més d’un es va fer l’ofès però, paradoxalment, poc temps després van arribar els afers Adigsa, Palau de la Música o les ITV...
  Els entesos diuen que la cosa no ha fet més que començar i que les investigacions ens depararan sorpreses aquesta propera tardor. No les desitjo, ja hi ha prou brutícia sobre la política i ens cal serenor per tirar endavant com a societat. Però que vigilin els vells aduladors que enguany juguen a matar el pare de franc no fos cas que la cosa, avui considerada individual i privada, no tingués quelcom de compartida.

24.7.14

¿DERRIBOS IGLESIAS-COLAU?

Ironías de la historia. Hace casi ciento cuarenta años, Pablo Iglesias Possé y sus compañeros del Arte de Imprimir impulsaban con ahínco la creación de un partido socialista obrero. Pocos años antes otro Pablo, en este caso Lafargue, huyendo de la represión desatada tras la derrota de la Comuna de París llego a Madrid con el firme propósito de constituir “un partido distinto, opuesto a todos los partidos formados por las clases poseedoras”. Ya ven, la cantinela se repite con otros protagonistas, sin represión, con menos peligros y muchos más medios.
Pues sí, amigos. La ironía está servida de nuevo desde el momento en que otro Pablo Iglesias –el actual cabeza visible de ese movimiento ciudadano que se ha transformado en partido político y que lleva como nombre “Podemos”- adopta como una de sus tareas inmediatas la “deconstrucción” del PSOE, y no solo del PSOE…
Pero existe aún otra ironía pendiente que puede acontecer. Sabido es que la historia no cesa de repetirse y que, a veces, el radicalismo de izquierdas tiene como último beneficiario a la derecha conservadora y, como víctima, a las izquierda posibilista; a la izquierda que por encima de la retórica –a pesar de sus grandes errores y renuncias- ha sido capaz de transformar en positivo la sociedad. Tanto el telepredicador Pablo Iglesias como la activista metida a candidata Ada Colau, en eso coinciden con la derecha y los nacionalistas, desean que el socialismo ibérico desaparezca en todas sus variantes. Legítimo y respetable su deseo pero, a renglón seguido, la pregunta surge evidente: ¿A quién beneficiaría esa desaparición? ¿Acaso Colau e Iglesias creen que sus propuestas políticas, más allá de generar ruido, son factibles y realistas? Saben que no, saben que el sistema lo único que les va a permitir es actuar de voceros antisistema como recompensa por intentar liquidar a la izquierda con soluciones. Permítanme como, colofón, transcribir un párrafo de Donald Sasson extraído de su obra Cien Años de Socialismo:
“No sé hasta qué punto la idea del socialismo podrá capear el gran caos del fin de este milenio y del principio del siguiente. Las personas que han simpatizado con el proyecto socialista, compartido sus esperanzas y sus valores y que se han impacientado con las infinitas prevaricaciones, los agravios, las vacilaciones embrutecedoras de sus partidos pueden muy bien recordar que, cuando ya se ha dicho y se ha hecho todo, estos partidos son la única izquierda que les queda”.
De acuerdo amigos, no sé si la socialdemocracia será capaz de capear el caos del que nos habla Sasson. No lo sé. Pero estoy seguro de que se esforzará, por el bien de todos, en salir del agujero y retomar la iniciativa. No es tiempo de aventuras.
Fue el situacionista Guy Debord quien releyendo a Marx nos habló del fetiche de la mercancía y de su relación con los medios de comunicación. La izquierda ha abominado una y mil veces de la política como espectáculo. No deja de ser curioso que alguno de estos “emergentes” empeñados en ‘deconstruir’ la socialdemocracia lo intenten mediante el espectáculo y la teleprédica. Ya no ironía, sino sarcasmo sería que esos que propugnan la regeneración de la política nos condenaran a ser meros consumidores de mensajes y espectáculos televisivos arrebujados entre los cojines de un mullido sofá.

21.7.14

TRAS EN CONGRESO DEL PSC...








EL ‘CHEF’ Y LA SALSA SOCIALISTA




El alto magistrado de la Corte de Paris, Jean A. Brillat-Savarin, no ha pasado a los anales de la historia por su vínculo con el universo de las leyes. No, la fama le viene por haber sorprendido al mundo con la publicación de su libro “Fisiología del Gusto”. En sus páginas, este gran burgués amante de la cultura gastronómica, nos hablaba de los viejos y antiguos condimentos -el Garum y la Muria- y de las salsas de la época medieval que solían ser picantes o agridulces. Nos explica también este erudito que fue preciso aguardar la llegada de los siglos XVII y XVIII para ver aparecer en escena salsas refinadas como la bechamel, la mayonesa o la mirepoix… Eso sí, más tarde, los franceses nos desbordarían con la sistematización de las salsas y su clasificación entre las frías y las calientes. Pues bien, la enciclopedia Larousse define ‘salsa’ (sauce) como el sazonamiento más o menos líquido, caliente o frio, que acompaña o sirve para cocinar un manjar. La función de una salsa es la de añadir al alimento un sabor que armonice creativamente con el suyo. Hasta aquí todo perfecto. Uno supone y confía en que el ‘Chef’ sepa utilizar convenientemente los ingredientes, las recetas y que las materias primas sean de calidad. Los buenos cocineros -son algo así como los alquimistas del siglo XXI- poseen el don de la combinación adecuada para que nada se agrie, para que nada sepa mal.
De jovencito alguien me dijo que en los temas de cocina desconfiara de todos aquellos condimentos, purés y salsas que ocultaran el sabor y la textura de los manjares. Suele ocurrir, por ejemplo, que el exceso de picante, de sal o de azúcar enmascara la frescura de los pescados o la melosidad de las carnes.
Miquel Iceta, el nuevo ‘Master Chef’ del PSC, ha preparado una salsa con múltiples componentes. Ha condimentado la vianda socialista (los acuerdos de un importante Consell Nacional) con un conjunto de variados ingredientes; algunos de ellos picantes y otros propios de la cocina oriental o alternativa. Nada que objetar al respecto. Se lleva la fusión. Eso sí, siempre y cuando la vianda -lo decidido mayoritariamente- conserve el sabor y el gusto originario.
  Tampoco nadie entendería que en la carta faltaran los clásicos platos ‘especialidad de la casa’ o el típico aguardiente que suelta la lengua y cuenta la verdad… ¿O sí?
Lo decía el ilustre gastrónomo francés anteriormente aludido: “La salsa sirve para armonizar”. ¡Ojo! Siempre y cuando se compruebe la idoneidad de sus componentes.

18.7.14

ALBERT CAMUS Y EL 19 DE JULIO




Texto del mensaje enviado por Albert Camus a los jóvenes escritores españoles en ocasión del vigésimo aniversario del inicio de la guerra civil española.

El 19 de julio de 1936 comenzo en España la segunda guerra mundial. Esta guerra ha terminado en todas partes salvo, precisamente, en España. El pretexto de no terminarla es la obligación de prepararse para la tercera guerra mundial. Esto resume la tragedia de la España republicana que ha visto imponérsele la guerra civil y extranjera por jefes militares rebeldes y que hoy, aún ve que se le siguen imponiendo los mismos jefes, en nombre de la guerra extranjera. Durante 20 años, una de las causas más justas que puedan encontrarse en la vida de un hombre, se ha visto constantemente deformada, y, en ocasiones, traicionada por los intereses más poderosos de un mundo entregado a las luchas del poder.
La causa de la república está y estará siempre identificada con la de la paz; esa es sin duda su justificación. Desgraciadamente el mundo no ha cesado de estar en guerra desde el 19 de julio de 1936 y la república española, en consecuencia, no ha cesado de ser traicionada o cínicamente utilizada. Por esto es quizá vano dirigirse, como lo hemos hecho otras veces, al espíritu de justicia y de libertad, a la conciencia de loS gobiernos. Un gobierno, por definición, no tiene conciencia. Tiene, a veces, una política, y eso es todo.
Quizá la manera más segura de abogar por la república española, no es ya decir que es indigno para las democracias matar por segunda vez a quienes han luchado y han muerto por nuestra libertad, por la libertad de todos. Este lenguaje es el de la verdad, él clama en el desierto. La buena manera sería quizá decir que si el sostener a Franco no se justifica más que por la necesidad de asegurar la defensa de Occidente, no se justifica por nada. Puesto que los gobiernos occidentales han decidido no tomar en consideración más que las realidades, podemos decirles que las convicciones de una parte de Europa forman parte también de la realidad, y que no será posible negarlas hasta el fin. Los gobiernos del siglo XX tienen una desgraciada tendencia a creer que la opinión y las conciencias se pueden gobernar como las fuerzas del mundo físico. Y es cierto que por las técnicas de la propaganda o del terror, han llegado a dar a las opiniones y a las conciencias una consternante elasticidad. Sin embargo, hay un 1ímite en todas las cosas, y en particular en la flexibilidad de la opinión. Se ha podido mistificar la conciencia revolucionaria hasta hacerle exaltar la miserable explotación de la tiranía. El ejercicio mismo de esa tiranía, sin embargo, hace esta mistificación evidente: y de ahí que en medio del siglo, la conciencia revolucionaria se rebela de nuevo y vuelve a sus orígenes. De otro lado, se ha podido mistificar el ideal de la libertad por el que los pueblos y los individuos han sabido combatir mientras que sus gobiernos capitulaban. Se ha podido hacer esperar a esos pueblos, hacerles admitir compromisos más y más graves. Pero se ha llegado a un límite que se hace necesario anunciar claramente, y pasado el cual no será ya posible utilizar las conciencias libres; por el contrario, será necesario combatirlas a ellas también. Este límite, para nosotros europeos que hemos tomado conciencia de nuestro destino y de nuestras verdades el 19 de julio de 1936, es España y sus libertades.
Sea como sea, hay un límite que no se podrá superar. Durante 10 años hemos comido el pan de la derrota y la vergüenza. El día de la liberación, en la cúspide de la más grande esperanza, hemos aprendido, además, que la victoria también había sido traicionada y que era necesario renunciar a algunas de nuestras ilusiones. ¿A algunas? Sin duda. Después de todo, no somos unos niños. Pero, sin embargo, no a todas, no a nuestra fidelidad más esencial. Sobre este límite que trazamos, está, en todo caso, España, que nos ayuda a ver claro. Ningún combate será justo si se hace, en realidad, contra el pueblo español. Y si se hace contra él, se hará sin nosotros. Ninguna Europa, ninguna cultura será libre si se erige sobre la servidumbre de] pueblo español. Y si se erige sobre esta servidumbre, se hará contra nosotros. El inteligente realismo de los políticos occidentales llegará finalmente a ganar para su causa cinco aeródromos y tres mil oficiales españoles, y a conquistar definitivamente centenares de millares de europeos. Después, esos genios políticos, se congratularán en medio de las ruinas. A menos que los realistas entiendan realmente el lenguaje del realismo y comprendan, en fin, que el mejor aliado de la Rusia soviética no es hoy el comunismo español, sino el mismo general Franco y sus apoyos occidentales. Estas palabras quizás sean inútiles, pero queda un sitio para la esperanza. Ninguna derrota será definitiva mientras que el pueblo español guarde su fuerza de combate. Puede ser una paradoja, pero es el pueblo hambriento, subyugado, el guardián de nuestra esperanza. Guardémonos muy bien de creer que la causa republicana vacila. Guardémonos muy bien de creer que Europa agoniza. Lo que agoniza, del Este al Oeste, son las ideologías. Quizás Europa -de la que España es solidaria- es tan miserable por haberse alejado toda ella, y hasta su pensamiento revolucionario, de un manantial de vida generosa, de un pensamiento en el que la justicia y la libertad se encuentran en una unidad carnal, alejada igualmente de las filosofías burguesas y del socialismo cesariano. Los pueblos de España, de Italia y de Francia guardan el secreto de este pensamiento; y lo guardarán todavía, para que sirva cuando llegue el momento de renacer. Entonces el 19 de julio de 1936 será también una de las fechas de la segunda revolución del siglo; fecha que tiene su raíz en la Comuna de París, que camina siempre bajo la apariencia de la derrota, pero que no ha terminado aún de sacudir el mundo; y que para terminar, llevará al hombre más lejos de lo que ha podido llevarle la revolución rusa de 1917. Nutrida por España y en general por el espíritu de libertad, ella nos devolverá un día una España y una Europa, y con ellas nuevo trabajo de combatir, en fin, a cielo abierto. Al menos, esto constituye nuestra esperanza y nuestras razones de luchar. No olvido que si los 20 años significan poca cosa mirando la historia, los 20 años que hemos pasado han pesado con un peso terrible sobre muchos de los españoles en el silencio del exilio. Hay algo de lo que no puedo hablar por haberlo dicho demasiado y es el deseo apasionado, que es el mío, de verlos recobrar la sola tierra que es a su medida.
Yo siento la amargura que puede haber, si hablo solamente de luchas y de combates renovados, en lugar de hablarles de la justa felicidad a que tienen derecho. Pero todo lo que podemos hacer para justificar tanto sufrimiento y tantos muertos, es l1evar en nosotros sus esperanzas, hacer que esas esperanzas no sean vanas y que esos muertos no estén solos. Estos 20 años implacables han usado a muchos hombres en su tarea, y han forjado otros entre los cuales el destino ha de justificar a los primeros. Tan duro como esto sea, es así como los pueblos y las civilizaciones se levantan. Después de todo es de ustedes, españoles, es de España, en parte, de donde algunos de nosotros hemos aprendido a tenernos en pie y a aceptar sin desfallecimiento el duro deber de la libertad. Para Europa y para nosotros, franceses, a menudo sin saberlo, habéis sido y sois los maestros de la libertad. El duro deber que no termina, nos toca a nosotros compartirlo con vosotros sin desfallecimiento y sin compromiso. Esa es vuestra justificación. Yo he encontrado en la historia, desde que tengo la edad de hombre, muchos vencedores con cara odiosa. Porque leía en ellos el odio y la soledad. Y es que no eran nada, cuando no eran vencedores. Solamente para existir, les era necesario matar y esclavizar. Pero hay otra raza de hombres que nos ayuda a respirar, que no ha encontrado la existencia y la libertad sino en la libertad y la felicidad de todos y que puede, por tanto, encontrar, hasta en la derrota, razones de vivir y de amar. Esos hombres no estarán nunca solos.

15.7.14

DE NUEVO GAZA...






LA SOLEDAD DE PALESTINA
 
Emir Sader
 
“Lo más difícil es ser víctima de las víctimas”, decía Edward Said para expresar una de las dimensiones de los obstáculos que encuentran los palestinos para luchar contra la ocupación israelí de sus territorios. La soledad actual de los palestinos demuestra cómo esa era apenas una de las tantas dificultades que ellos tienen que enfrentar para poder sobrevivir. El derecho elemental, aprobado hace décadas por las Naciones Unidas, de tener un Estado palestino, al igual que existe el Estado de Israel, es bloqueado por el voto de Estados Unidos en el Consejo de Seguridad y la ONU no hace nada para esquivar la actitud norteamericana. Palestina sigue siendo dos territorios discontinuos –Cisjordania y Gaza–, el primero descuartizado por los muros, violado por asentamientos judíos y ocupado militarmente. Gaza, cercada y atacada cada tanto, impunemente. No existe como Estado y se intenta que deje de existir como territorios aislados al hacer que sea económicamente inviable y humanamente insoportable. Todos deberían ir a Palestina –a Cisjordania y, si lo logran, también a Gaza– para tener idea de lo que es vivir bajo ocupación de un ejército racista. Para ver lo que significan cotidianamente los muros que separan a vecinos, a parientes, a niños que antes jugaban juntos en la calle. Cómo las señoras palestinas tienen que caminar kilómetros para poder cruzar hacia el otro lado, sometidas al arbitrio de jóvenes militares racistas de Israel, que controlan los pasos. Para ver cómo ese mismo tipo de jóvenes anda por las noches, protegido por fuerzas militares de Israel, para destruir bienes de los palestinos, incluidos los olivos, que tardan un siglo en crecer. Que tiran basura sobre calles de palestinos, que tienen que poner redes de protección para defenderse. Para sentir cómo los palestinos son atacados también en su orgullo, en sus espacios mínimos de vida, hay que ir a Palestina, a Cisjordania y, si es posible, a Gaza. Nada de todos estos sufrimientos justifica acciones violentas, aunque uno piensa, cuando está allá, ¡¿cómo hacen los palestinos para no reaccionar al terrorismo cotidiano que se ejerce en contra de ellos?! Incluso, porque lo primero es la unidad nacional de Palestina, porque se trata de una lucha contra el invasor, hay que unir el país para expulsarlo. En segundo lugar, dada la correlación de fuerzas internacional, hay que contar con sectores en Israel que se convenzan de que no vale la pena la ocupación permanente de Palestina y las incertidumbres que ello trae para los mismos israelíes. Hoy se puede decir que la construcción de un Estado palestino está en punto cero. Hay un acuerdo de reunificación entre Gaza y Cisjordania, pero Israel afirma que no negocia con un gobierno nacido de ese acuerdo, porque Hamas no reconoce al Estado de Israel. Mahmud Abbas ya dijo que el nuevo gobierno sí lo reconocerá, pero Israel usa cualquier pretexto para no avanzar en negociaciones, que sólo pueden conducir al reconocimiento del Estado palestino. La nueva ofensiva brutal de Israel sobre la desprotegida Gaza revela, una vez más, la soledad de los palestinos. No pueden contar con nadie que detenga a Israel. Nadie que se juegue, en contra de los Estados Unidos, por la existencia del Estado Palestino.
Articulo publicado en 'Grano de Arena' ATTAC

14.7.14

RESULTADOS PRIMARIAS SOCIALISTAS .¿HABRÁN ENTENDIDO EL MENSAJE?






FRUTOS DE JULIO


Ni caipiriña ni mate. El brindis del mes va de rubia cerveza bávara, chucrut, pepinillos y bratwurst bien condimentados. Merkel anda eufórica; Brasil en coma, sin samba, mientras el bandoneón argentino ataca un tango triste. El Mundial de futbol termino el mismo día en que la aviación israelí multiplicaba por cuatro las bombas arrojadas sobre Gaza y el número de víctimas inocentes crecía exponencialmente. Mientras tanto en España jugamos al decretazo modificador de treinta leyes y a seminarios de la FAES… Me cuentan que el prestigio de François Hollande se recupera lentamente al tiempo que los soldados franceses desfilan -es 14 de julio- por la plaza de L’Étoile de Paris. Si, en los años cuarenta por esas mismas avenidas, y bajo el Arco de Triunfo, también marcaron el paso los ejércitos de ocupación alemanes.
Los germanos vencen en futbol, dibujan a placer el futuro de Europa, deciden el rumbo de la economía y veinte cosas más. Aquí nos contentamos con contar brotes verdes mientras los presidentes deshojan la margarita del contencioso territorial y sus consultas refrendarías.
El socialismo español, vía primarias, ha entronizado como Secretario General del PSOE a Pedro Sánchez. El socialismo catalán ha depositado en manos del cirujano Miquel Iceta aguja e hilo para suturar. Pero… ¡Ojo al dato! José Antonio Pérez Tapias, aquel modesto candidato de Izquierda Socialista -por el que nadie daba un duro- ha conseguido el 22% de los votos en Cataluña y más del 15% en España. Lo ha logrado contra el empeño de aquellos que querían que esto del PSOE fuera cosa solo de dos y con padrinos.
Tiempos tan difíciles como ineludibles los que se avecinan. Tiempos para interpretar lo que se mueve, lo que se desplaza, lo que la gente quiere y anhela. Estoy convencido de que en las entrañas del socialismo ibérico, en la base, el personal quiere un giro, una mirada a la izquierda más allá de nombres propios.
  ¿Habrán entendido el mensaje los nuevos gestores de las cosas?

9.7.14

LA HORA PÉREZ TAPIAS Y LOS YOGURCITOS....





LA HORA PÉREZ TAPIAS


Faltan pocas horas para que los afiliados al partido socialista depositen en una urna el nombre de su candidato predilecto para ocupar la Secretaria General del PSOE. A lo largo de los últimos días se ha escrito mucho acerca de las propuestas, o la idoneidad, de los distintos aspirantes. Mucho, tanto que algunas cosas importantes, algunos temas de fondo, han quedado encorsetados entre anécdotas irrelevantes e intrascendentes. Siempre hay quien disfruta haciendo de la información chascarrillo o espectáculo.
  Recuerdo que, en el debate a tres bandas que tuvo lugar en Ferraz, José Antonio Pérez Tapias apelaba a la toma de conciencia respecto a ‘la hora histórica en la que estamos…’ Nos recordaba que los 135 años de trayectoria política del PSOE, por si solos, no garantizan nada. Nos decía que ha llegado el momento de volver a ser socialistas, de reconstruir y rehabilitar, con nuevos materiales, tanto el socialismo para adentro como el socialismo para afuera. La exigencia de regeneración que expuso y suscribe Pérez Tapias no va orientada, tan solo, a las estructuras partidarias del PSOE sino también a una sociedad que ve peligrar los valores democráticos y solidarios que la han caracterizado durante un cierto tiempo.
Comentaba antes que se ha escrito mucho alrededor de estas primarias a la Secretaria General. Unos lo han hecho con la intención de fabricar espectáculo; otros, con mala fe, han porfiado para que temas de calado y razones de fondo permanecieran difuminadas. No fuera caso que el resultado de tanto debate diera lugar a giros y sorpresas inesperadas. Así las cosas he leído, en un importante y respetado periódico del país, una frase-comentario que me inquieta por lo que conlleva de pasarela Cibeles, de desfile de candidatos estéticamente correctos. La frase en cuestión reza de este modo:
“Sánchez y Madina representan el liderazgo con tejanos y sin tripa, aspecto interesante para acometer la renovación. Ambos espigados…”
Tras releer estas líneas y comprobar como la articulista se empeña en dar por sentado que el combate es solo cosa de dos a uno solo le queda esperar que esa delgadez, tan espigada como glosada, del cuerpo serrano de los candidatos no se corresponda con una delgadez en ideas y principios. El PSOE de hoy, de este momento histórico, no puede permitirse el lujo de padecer ningún tipo de anorexia ideológica. También se me antoja poco elegante una perla cultivada recolectada hoy en Twitter que, más o menos, dice así:
“Pérez Tapias, en el debate, se comió los dos yogurcitos…”
Si bien es cierto, a mi entender, que Pérez Tapias brilló y convenció por encima de los otros aspirantes, tampoco hace falta poner de manifiesto la bisoñez de los mismos dado que éste es un aspecto que se cura con la experiencia y el tiempo. Un servidor no sabe, como es obvio, cuál será el resultado de este proceso de primarias. De acuerdo, pero puestos a expresar deseos quisiera que más de uno comprendiera ‘la hora histórica en la que estamos…’ De no ser así el socialismo español podrá dar una campanada, no lo discuto, pero su reloj corre peligro de detenerse por mucho tiempo.

Intervención íntegra de Tapias en el #debatePSOE 140707


1.7.14

SOBRE EL SECRETARIO GENERAL....








PÉREZ TAPIAS COMO SINTOMA



En la pugna por alcanzar la Secretaria General del PSOE me trae sin cuidado quién ha avalado a quién. No somos ingenuos y solemos detectar qué combustible, qué fuerza motriz, qué energías se manifiestan tras las cifras de cada personaje. Y no pasa nada, las cosas son como son, aunque algunos porfiemos por cambiarlas. Todo llegará a su debido tiempo.
  En este proceso electivo a un servidor le place más el juego de detectar síntomas, mensajes y sugerencias explícitas -o implícitas- consciente de que las inercias son muchas y los cambios, en los viejos partidos, lentos. Parto de la convicción de que en unas circunstancias históricas y políticas como las actuales con una simple operación cosmética no se sale de apuros.
Será por el reciente mensaje de las urnas; será por la presión de nuevos movimientos sociales; será por las vanguardias que emergen; será porque revive una exigencia de base, tanto electoral como militante, que muchos socialistas desean regresar a la frescura política de los inicios. Sí, se adivina, se palpa, un deseo de cambiar de rumbo. Me dirán que este fenómeno es incipiente y que no cuenta con el beneplácito de los instalados en alguna que otra baronía. Es probable que así sea, no lo discuto, pero la chispa está ahí horadando como viejo topo del que nos hablaban los clásicos.
José Antonio Pérez Tapias ha abordado el tema en cuestión y plantea una rehabilitación a fondo del socialismo español. Sus propuestas no son de carácter inmediatista sino de calado. Su pócima no es bálsamo para las derrotas ni ralentización para el declive. No. “Que el partido socialista sea identificado como socialista” es el objetivo de su proyecto. “Resituar el PSOE en la izquierda” es uno de sus planteamientos. Devolver el partido a las bases también lo es. En el ámbito económico y social aboga por una fiscalidad justa que garantice “el equilibrio entre rentas del trabajo y del capital”, así como una reforma de la Constitución que avance hacia un Estado laico, proteja los derechos sociales y “camine hacia un Estado federal en un horizonte plurinacional”… ¿Más?
Comentaba al principio de este escrito que me place detectar señales y avisos para navegantes. Pues bien, que Pérez Tapias haya conseguido situarse en la parrilla de salida de esta carrera hasta la Secretaria General del PSOE es un todo síntoma. Los apoyos que ha obtenido van mucho más allá de la corriente a la que pertenece. Pérez Tapias recoge el pálpito de muchos ciudadanos votantes progresistas y también de muchos socialistas de base. Todo un síntoma que de cara al futuro, gane quien gane la Secretaria General, no puede dejar indiferente a nadie.