El blog d'en Joan Ferran

27.4.14

BANALIZANDO......








NEGRO PARA RAHOLA, BLANCO PARA COLL





Permítanme, aunque solo sea por una vez, jugar a conceder premios naranja-limón, blanco-negro, positivo-negativo.
Negro limón negativo para la mega tertuliana Pilar Rahola. La show woman articulista, tras machacar continuamente al personal a golpes de columna con el tema de la banalización del nacismo, nos ha obsequiado con otra banalización: la del falangismo vestidito de azul. Pilar Rahola ha descrito a Ciutadans, Partido de la Ciudadanía, como una formación política neofalangista. Error, craso error viniendo de una persona que ha devorado micrófonos y vertido ríos de tinta alrededor de la inconveniencia de estos calificativos peyorativos. Pilar escribe bien y ha estudiado filología; sabe que ‘neo’ es un término de origen griego, una partícula inseparable que se usa como prefijo para indicar novedad. Anatemizar con la palabreja 'neofalangismo', a estas alturas de la función, no me parece acertado.
 No comulgo con las ideas de Albert Rivera ni de Jordi Cañas pero les conozco bien -hemos compartido escaño en el Parlamento catalán- y puedo dar fe que su ideario no es fascistizante ni nacionalsindicalista. Su quehacer como diputados ha estado impregnado siempre por una dinámica ajena a esos convencionalismos que algunos llaman cortesía parlamentaria. Su estilo opositor ha sido, y es, directo. Ciutadans, y la CUP con sus camisetas, han roto en más de una ocasión la aburguesada monotonía de la cámara catalana. Cierto, pero de ahí al neo falangismo hay un buen trecho. Jordi Cañas ha dejado el escaño a la espera de que su imputación quede en agua de borrajas. Más de uno le va a echar de menos aunque Rahola, sarcástica, nos explique que añorara la ‘elegancia’ del diputado dimisionario. El verbo incisivo y directo de Ciutadans ha colisionado, por ejemplo, con la ironía cínica e hipócrita que gasta Francesc Homs en ruedas de prensa y en las replicas parlamentarias. Ya ven, acidez política y verbal toda la que quieran pero de camisas azules años treinta nada. Premio limón para Pilar.
Blanco naranja positivo para el articulista Joaquim Coll. Cuando este joven historiador sostiene que no hay mayor contradicción en el mundo que ser, a la vez, de izquierdas y nacionalista independentista, uno respira. Por fin alguien es capaz de reeditar y poner en valor –aunque sea tangencialmente- el criterio y las advertencias de pensadores políticos ubicados en el internacionalismo. Sí, aquellos que nos alertaban y prevenían de los males intrínsecos al nacionalismo. Oyendo a Joaquim Coll pensé automáticamente en la radicalidad de un Gustav Hervè cuando escribió, “La patria de los ricos”. Aquel activista social y pensador ya nos advirtió sobre los efectos perniciosos para el proletariado del militarismo y la ideología nacionalista. Leyendo alguno de los artículos de Joaquim Coll en 'El Periódico' he hallado trazas, ideas, de Jean Jaurès. Sí, de aquel ilustre socialista francés que ante la ola chauvinista que se cernía sobre el país galo predicaba el internacionalismo pacifista. Jaurés defendió a Dreyfus en Francia mientras proponía la enseñanza del bretón, el occitano y el eusquera en las escuelas. Sostenía la tesis que solo hay una humanidad. Fue asesinado por ello en julio de 1914. Premio naranja dulce para Coll.
Alguien dijo y dejó escrito que el nacionalismo es una fe, una religión. Alerta pues; las religiones crean santos, mártires y también tribunales de la Inquisición.

23.4.14

23 de ABRIL...HOMENAJE A GARCÍA MÁRQUEZ







LA SOLEDAD DE AMERICA LATINA
De Gabriel García Márquez. 


Texto del discurso de agradecimiento leído por Gabriel García Márquez al recibir el premio Nobel de literatura en 1982. Distribuido por SERPAL (Servicio de Prensa Alternativo)

Antonio Pigafetta, un navegante florentino que acompañó a Magallanes en el primer viaje alrededor del mundo, escribió a su paso por nuestra América meridional una crónica rigurosa que sin embargo parece una aventura de la imaginación. Contó que había visto cerdos con el ombligo en el lomo, y unos pájaros sin patas cuyas hembras empollaban en las espaldas del macho, y otros como alcatraces sin lengua cuyos picos parecían una cuchara. Contó que había visto un engendro animal con cabeza y orejas de mula, cuerpo de camello, patas de ciervo y relincho de caballo. Contó que al primer nativo que encontraron en la Patagonia le pusieron enfrente un espejo, y que aquel gigante enardecido perdió el uso de la razón por el pavor de su propia imagen. Este libro breve y fascinante, en el cual ya se vislumbran los gérmenes de nuestras novelas de hoy, no es ni mucho menos el testimonio más asombroso de nuestra realidad de aquellos tiempos. Los cronistas de Indias nos legaron otros incontables. Eldorado, nuestro país ilusorio tan codiciado, figuró en mapas numerosos durante largos años, cambiando de lugar y de forma según la fantasía de los cartógrafos. En busca de la fuente de la Eterna Juventud, el mítico Alvar Núñez Cabeza de Vaca exploró durante ocho años el norte de México, en una expedición venática cuyos miembros se comieron unos a otros y sólo llegaron cinco de los 600 que la emprendieron. Uno de los tantos misterios que nunca fueron descifrados, es el de las once mil mulas cargadas con cien libras de oro cada una, que un día salieron del Cuzco para pagar el rescate de Atahualpa y nunca llegaron a su destino. Más tarde, durante la colonia, se vendían en Cartagena de Indias unas gallinas criadas en tierras de aluvión, en cuyas mollejas se encontraban piedrecitas de oro. Este delirio áureo de nuestros fundadores nos persiguió hasta hace poco tiempo. Apenas en el siglo pasado la misión alemana de estudiar la construcción de un ferrocarril interoceánico en el istmo de Panamá, concluyó que el proyecto era viable con la condición de que los rieles no se hicieran de hierro, que era un metal escaso en la región, sino que se hicieran de oro. La independencia del dominio español no nos puso a salvo de la demencia. El general Antonio López de Santana, que fue tres veces dictador de México, hizo enterrar con funerales magníficos la pierna derecha que había perdido en la llamada Guerra de los Pasteles. El general García Moreno gobernó al Ecuador durante 16 años como un monarca absoluto, y su cadáver fue velado con su uniforme de gala y su coraza de condecoraciones sentado en la silla presidencial. El general Maximiliano Hernández Martínez, el déspota teósofo de El Salvador que hizo exterminar en una matanza bárbara a 30 mil campesinos, había inventado un péndulo para averiguar si los alimentos estaban envenenados, e hizo cubrir con papel rojo el alumbrado público para combatir una epidemia de escarlatina. El monumento al general Francisco Morazán, erigido en la plaza mayor de Tegucigalpa, es en realidad una estatua del mariscal Ney comprada en París en un depósito de esculturas usadas. Hace once años, uno de los poetas insignes de nuestro tiempo, el chileno Pablo Neruda, iluminó este ámbito con su palabra. En las buenas conciencias de Europa, y a veces también en las malas, han irrumpido desde entonces con más ímpetus que nunca las noticias fantasmales de la América Latina, esa patria inmensa de hombres alucinados y mujeres históricas, cuya terquedad sin fin se confunde con la leyenda. No hemos tenido un instante de sosiego. Un presidente prometeico atrincherado en su palacio en llamas murió peleando solo contra todo un ejército, y dos desastres aéreos sospechosos y nunca esclarecidos segaron la vida de otro de corazón generoso, y la de un militar demócrata que había restaurado la dignidad de su pueblo. En este lapso ha habido 5 guerras y 17 golpes de estado, y surgió un dictador luciferino que en el nombre de Dios lleva a cabo el primer etnocidio de América Latina en nuestro tiempo. Mientras tanto 20 millones de niños latinoamericanos morían antes de cumplir dos años, que son más de cuantos han nacido en Europa occidental desde 1970. Los desaparecidos por motivos de la represión son casi los 120 mil, que es como si hoy no se supiera dónde están todos los habitantes de la ciudad de Upsala. Numerosas mujeres arrestadas encintas dieron a luz en cárceles argentinas, pero aún se ignora el paradero y la identidad de sus hijos, que fueron dados en adopción clandestina o internados en orfanatos por las autoridades militares. Por no querer que las cosas siguieran así han muerto cerca de 200 mil mujeres y hombres en todo el continente, y más de 100 mil perecieron en tres pequeños y voluntariosos países de la América Central, Nicaragua, El Salvador y Guatemala. Si esto fuera en los Estados Unidos, la cifra proporcional sería de un millón 600 mil muertes violentas en cuatro años. De Chile, país de tradiciones hospitalarias, ha huido un millón de personas: el 10 por ciento de su población. El Uruguay, una nación minúscula de dos y medio millones de habitantes que se consideraba como el país más civilizado del continente, ha perdido en el destierro a uno de cada cinco ciudadanos. La guerra civil en El Salvador ha causado desde 1979 casi un refugiado cada 20 minutos. El país que se pudiera hacer con todos los exiliados y emigrados forzosos de América Latina, tendría una población más numerosa que Noruega. Me atrevo a pensar que es esta realidad descomunal, y no sólo su expresión literaria, la que este año ha merecido la atención de la Academia Sueca de las Letras. Una realidad que no es la del papel, sino que vive con nosotros y determina cada instante de nuestras incontables muertes cotidianas, y que sustenta un manantial de creación insaciable, pleno de desdicha y de belleza, del cual éste colombiano errante y nostálgico no es más que una cifra más señalada por la suerte. Poetas y mendigos, músicos y profetas, guerreros y malandrines, todas las criaturas de aquella realidad desaforada hemos tenido que pedirle muy poco a la imaginación, porque el desafío mayor para nosotros ha sido la insuficiencia de los recursos convencionales para hacer creíble nuestra vida. Este es, amigos, el nudo de nuestra soledad. Pues si estas dificultades nos entorpecen a nosotros, que somos de su esencia, no es difícil entender que los talentos racionales de este lado del mundo, extasiados en la contemplación de sus propias culturas, se hayan quedado sin un método válido para interpretarnos. Es comprensible que insistan en medirnos con la misma vara con que se miden a sí mismos, sin recordar que los estragos de la vida no son iguales para todos, y que la búsqueda de la identidad propia es tan ardua y sangrienta para nosotros como lo fue para ellos. La interpretación de nuestra realidad con esquemas ajenos sólo contribuye a hacernos cada vez más desconocidos, cada vez menos libres, cada vez más solitarios. Tal vez la Europa venerable sería más comprensiva si tratara de vernos en su propio pasado. Si recordara que Londres necesitó 300 años para construir su primera muralla y otros 300 para tener un obispo, que Roma se debatió en las tinieblas de incertidumbre durante 20 siglos antes de que un rey etrusco la implantara en la historia, y que aún en el siglo XVI los pacíficos suizos de hoy, que nos deleitan con sus quesos mansos y sus relojes impávidos, ensangrentaron a Europa con soldados de fortuna. Aún en el apogeo del Renacimiento, 12 mil lansquenetes a sueldo de los ejércitos imperiales saquearon y devastaron a Roma, y pasaron a cuchillo a ocho mil de sus habitantes. No pretendo encarnar las ilusiones de Tonio Kröger, cuyos sueños de unión entre un norte casto y un sur apasionado exaltaba Thomas Mann hace 53 años en este lugar. Pero creo que los europeos de espíritu clarificador, los que luchan también aquí por una patria grande más humana y más justa, podrían ayudarnos mejor si revisaran a fondo su manera de vernos. La solidaridad con nuestros sueños no nos haría sentir menos solos, mientras no se concrete con actos de respaldo legítimo a los pueblos que asuman la ilusión de tener una vida propia en el reparto del mundo. América Latina no quiere ni tiene por qué ser un alfil sin albedrío, ni tiene nada de quimérico que sus designios de independencia y originalidad se conviertan en una aspiración occidental. No obstante, los progresos de la navegación que han reducido tantas distancias entre nuestras Américas y Europa, parecen haber aumentado en cambio nuestra distancia cultural. ¿Por qué la originalidad que se nos admite sin reservas en la literatura se nos niega con toda clase de suspicacias en nuestras tentativas tan difíciles de cambio social? ¿Por qué pensar que la justicia social que los europeos de avanzada tratan de imponer en sus países no puede ser también un objetivo latinoamericano con métodos distintos en condiciones diferentes? No: la violencia y el dolor desmesurados de nuestra historia son el resultado de injusticias seculares y amarguras sin cuento, y no una confabulación urdida a 3 mil leguas de nuestra casa. Pero muchos dirigentes y pensadores europeos lo han creído, con el infantilismo de los abuelos que olvidaron las locuras fructíferas de su juventud, como si no fuera posible otro destino que vivir a merced de los dos grandes dueños del mundo. Este es, amigos, el tamaño de nuestra soledad. Sin embargo, frente a la opresión, el saqueo y el abandono, nuestra respuesta es la vida. Ni los diluvios ni las pestes, ni las hambrunas ni los cataclismos, ni siquiera las guerras eternas a través de los siglos y los siglos han conseguido reducir la ventaja tenaz de la vida sobre la muerte. Una ventaja que aumenta y se acelera: cada año hay 74 millones más de nacimientos que de defunciones, una cantidad de vivos nuevos como para aumentar siete veces cada año la población de Nueva York. La mayoría de ellos nacen en los países con menos recursos, y entre éstos, por supuesto, los de América Latina. En cambio, los países más prósperos han logrado acumular suficiente poder de destrucción como para aniquilar cien veces no sólo a todos los seres humanos que han existido hasta hoy, sino la totalidad de los seres vivos que han pasado por este planeta de infortunios. Un día como el de hoy, mi maestro William Faulkner dijo en este lugar: «Me niego a admitir el fin del hombre». No me sentiría digno de ocupar este sitio que fue suyo si no tuviera la conciencia plena de que por primera vez desde los orígenes de la humanidad, el desastre colosal que él se negaba a admitir hace 32 años es ahora nada más que una simple posibilidad científica. Ante esta realidad sobrecogedora que a través de todo el tiempo humano debió de parecer una utopía, los inventores de fábulas que todo lo creemos, nos sentimos con el derecho de creer que todavía no es demasiado tarde para emprender la creación de la utopía contraria. Una nueva y arrasadora utopía de la vida, donde nadie pueda decidir por otros hasta la forma de morir, donde de veras sea cierto el amor y sea posible la felicidad, y donde las estirpes condenadas a cien años de soledad tengan por fin y para siempre una segunda oportunidad sobre la tierra. Agradezco a la Academia de Letras de Suecia el que me haya distinguido con un premio que me coloca junto a muchos de quienes orientaron y enriquecieron mis años de lector y de cotidiano celebrante de ese delirio sin apelación que es el oficio de escribir. Sus nombres y sus obras se me presentan hoy como sombras tutelares, pero también como el compromiso, a menudo agobiante, que se adquiere con este honor. Un duro honor que en ellos me pareció de simple justicia, pero que en mí entiendo como una más de esas lecciones con las que suele sorprendernos el destino, y que hacen más evidente nuestra condición de juguetes de un azar indescifrable, cuya única y desoladora recompensa, suelen ser, la mayoría de las veces, la incomprensión y el olvido. Es por ello apenas natural que me interrogara, allá en ese trasfondo secreto en donde solemos trasegar con las verdades más esenciales que conforman nuestra identidad, cuál ha sido el sustento constante de mi obra, qué pudo haber llamado la atención de una manera tan comprometedora a este tribunal de árbitros tan severos. Confieso sin falsas modestias que no me ha sido fácil encontrar la razón, pero quiero creer que ha sido la misma que yo hubiera deseado. Quiero creer, amigos, que este es, una vez más, un homenaje que se rinde a la poesía. A la poesía por cuya virtud el inventario abrumador de las naves que numeró en su Iliada el viejo Homero está visitado por un viento que las empuja a navegar con su presteza intemporal y alucinada. La poesía que sostiene, en el delgado andamiaje de los tercetos del Dante, toda la fábrica densa y colosal de la Edad Media. La poesía que con tan milagrosa totalidad rescata a nuestra América en las Alturas de Machu Pichu de Pablo Neruda el grande, el más grande, y donde destilan su tristeza milenaria nuestros mejores sueños sin salida. La poesía, en fin, esa energía secreta de la vida cotidiana, que cuece los garbanzos en la cocina, y contagia el amor y repite las imágenes en los espejos. En cada línea que escribo trato siempre, con mayor o menor fortuna, de invocar los espíritus esquivos de la poesía, y trato de dejar en cada palabra el testimonio de mi devoción por sus virtudes de adivinación, y por su permanente victoria contra los sordos poderes de la muerte. El premio que acabo de recibir lo entiendo, con toda humildad, como la consoladora revelación de que mi intento no ha sido en vano. Es por eso que invito a todos ustedes a brindar por lo que un gran poeta de nuestras Américas, Luis Cardoza y Aragón, ha definido como la única prueba concreta de la existencia del hombre: la poesía. Muchas gracias.
(PE/Serpal) by Ecupress

21.4.14

CADA VEZ MÁS BURDA Y ACOMPLEJADA.....









TV3 Y EL MINUTO 17




Argumentaba Friedrich Schiller que la casualidad, y aquello que se nos presenta como ciego azar, surge de las fuentes más profundas. Quizás sí.
Es un día cualquiera. Los informativos de la televisión pública catalana se disponen a dar paso a su sección dedicada a los deportes. Una conexión en directo con un partido de baloncesto del Barça da cuenta del resultado momentáneo y de las buenas perspectivas del equipo azulgrana. Pero la cosa no acaba ahí. Acto seguido el comentarista nos apercibe que en aquél preciso instante –minuto 17,14- el entregado y animoso público corea, una vez más, consignas independentistas. No le doy más importancia al tema. Cada cual es libre de canturrear lo que estime conveniente. Y más aún en un ambiente, como en el deportivo, continuamente utilizado por muchos como válvula de descompresión. Olvido, pues, la anécdota y pienso en otra cosa, no sea caso que la inquisidora Empar me atice como le atizó a Manuel Cruz. Ya saben ustedes que TV3 es sagrada, intocable e infalible, y no se adivina en la curia ningún embrión de papa Francisco con aires renovadores. A los de la ‘seva’ les place más otro estilo cardenalicio. Y como no hay dos sin tres observo en otra conexión, deportiva y en directo, con motivo del partido que disputan Barça y Atlético de Bilbao como el comentarista, Jordi Grau, hace saber a los telespectadores el resultado que fija el marcador y también, ¡oh ‘casualidad’! que nos encontramos en el minuto 17,14 y el estadio corea la consigna antes comentada. Poco importa la media entrada que registra el Camp Nou y el considerable número de guiris que allí se han dado cita, ni el tiempo, ni la banqueta, ni nada… lo relevante son los gritos de rigor.
Ya ven, en este país el momento más óptimo para efectuar conexiones deportivas es el 17,14. Cualquier otro instante no tiene gracia, no conviene.
  Hace algunos días el veterano periodista de La Vanguardia, Alfred Reixach, nos alertaba de la improcedencia de que en los eventos deportivos una televisión pública tomara partido por unos de los equipos en liza. ¡Cuánta razón tenía y tiene el bueno de Alfred! Desconozco lo que ahora debe pensar acerca del relleno político al que pretende acostumbrarnos TV3.
 ¡Cuán sabias las observaciones de Schiller cuando nos hablaba de las fuentes profundas!
Amigos, algunos empezamos a estar hartos de tanta ‘casualidad’ metida con calzador y vendida como azar.

17.4.14

LOS NUEVOS COMISARIOS POLITICOS








COMISARIOS POLITICOS




Que en el Consell Audiovisual de Catalunya (CAC) hay un terrible comisario político a las órdenes del conseller Francesc Homs es un hecho indiscutible y probado. Que la actitud acrítica, prepotente y sumisa al Govern del personaje que lo preside, Roger Loppacher, mancilla la poca honorabilidad que le queda a ese organismo regulador es una realidad.
 El arbitrario Loppacher, por ejemplo, recientemente ha facilitado y dado luz verde a que las frecuencias de TDT que poseía Canal Català pasaran, de forma subrepticia e inadecuada, al grupo político/mediatico que gestiona El Punt/Avui para mayor gloria de la ANC.
No es ningún secreto: el gobierno de CiU, con el beneplácito de ERC, ha conseguido desmantelar en poco tiempo toda la bondad de la arquitectura audiovisual consensuada parlamentariamente a lo largo de años. Hoy hablar del CAC, como un organismo regulador neutral y profesionalizado, es hablar de un cadáver, de una especie extinta. Hoy, hablar del CAC es hablar de un filtro censor y sectario que permite legitimar, favorecer y fallar a capricho de la Conselleria de Presidencia. Pero la mano manipuladora del incontenible Homs y sus adláteres no termina ahí. Los medios públicos de comunicación catalanes -TV3 y Catalunya Ràdio- ya son sinónimo de propaganda política, tanto subliminal como descarada. Estos medios reproducen un universo simbólico de uso exclusivo para afines a las tesis nacionalistas. La falta de pluralidad en los informativos intenta ser compensada o maquillada con la presencia –siempre en minoría- de personalidades no soberanistas; eso sí, expuestos a burla e indefensión en programas posteriores. Así aconteció, sin ir más lejos, con la presencia de Manuel Cruz, presidente de Federalistes d’Esquerres en ‘Els Matins’ de TV3 donde fue víctima de escarnio.
Si amigos, en los medios de comunicación públicos catalanes hemos podido comprobar cómo se ridiculiza todo aquello que no es de su agrado y como se magnifican noticias, colectivos y organizaciones que jamás han recibido el voto de los ciudadanos. Alguien ha dicho que hay que salir del armario y protestar…. Habrá que hacerlo antes de que sea demasiado tarde

11.4.14

UNA DOSI DE FEDERALISME ..SI US PLAU!!






PER SORTIR DE L’ATZUCAC



El mateix dia que el Congrés dels diputats debatia sobre el mono tema de ‘La Consulta’ els catedràtics Isidre Molas i Gabriel Colomé explicaven, en un esmorzar del Fòrum Europa, la vigència i idoneïtat de les propostes federalistes per sortir de l’atzucac en que ens han ficat la poca traça, i rigidesa, dels Rajoy/FAES i els Mas/ANC.
La votació parlamentària va posar de manifest allò que ja se sabia. El guió estava escrit des de feia molt temps. Cap sorpresa i molt seguiment informatiu del que ja es coneix com la ‘ratafia mediàtica’, aquella que tot ho embolcalla amb la bandera i els greuges. Les intervencions de ‘les tres bessones ‘catalanes -com les va qualificar un reconegut analista- només van servir, i han servit, per adobar i regar una mica més la terra que necessita la planta sobiranista per seguir creixent ufanosa.
Al Congrés, Alfredo Pérez Rubalcaba, va explicar per activa i per passiva que la sortida del conflicte generat al voltant de la consulta només pot arribar mitjançant una reforma acordada i pactada de la Constitució Espanyola. El discurs del portaveu socialista va ser brillant, prou clar i positiu. Les seves paraules coincidien fil per randa amb els plantejaments que el PSC va elaborar al respecte, i no sense conflicte intern, al llarg dels darrers mesos.
Federalisme ve de pacte. I és precisament aquesta proposta genèrica de pacte esbossat pels socialistes la que molesta i incomoda al nacionalisme d’aquí i d’allà. El federalisme és quelcom més que una tècnica administrativa, és una filosofia política d’arrels prohudonianes, republicanes i llibertaries que conjuga Unió i Llibertat tot rebutjant qualsevol tipus de confrontació identitària. És també, òbviament, un conjunt de propostes pràctiques i factibles amb la intenció d’assolir acords polítics i institucionals... Per tot això, i moltes coses més, les tesis del PSC i les paraules de Rubalcaba convergeixen en la pretensió d’aconseguir un gran acord que resolgui, de una vegada per totes, la relació i l’encaix de Catalunya-Espanya mitjançant el reconeixement del caràcter plurinacional de l’estat espanyol.
 El federalisme esdevé avui, agradi o no, l’antídot més eficaç contra el discurs dels nacionalismes excloents; és el bàlsam que pot guarir, en bona mesura, els mals humors que s’han instal•lat a la sí de la nostra societat.
També pots llegir aquest artícle a www.catalunyapress.com

10.4.14

INTERESANTE REFLEXIÓN DE LAURA FREIXAS EN LA VANGUARDIA


                                         ¿QUIÉNES SON? ¿QUÉ QUIEREN?
 
Me ha conmovido tanto como preocupado la carta de un lector titulada "Via Catalana" (La Vanguardia, 3/IV/2014). Su autor, Xavier Serra, nos cuenta lo que siente cuando mira la "gigafoto" del Onze de Setembre: "Pell de gallina, records intensos i raonaments senzills i transparents". La imagen que le queda, dice, es la de "gent normal que volen decidir el seu futur per ells mateixos". Y concluye: "Com que els de la Via som gent normal, jo em pregunto: i els qui están en contra, qui són? Què volen?". Dado que yo soy una de los que están en contra (del proceso soberanista), voy a intentar explicar a este lector y a quienes comparten sus ideas quién soy y qué quiero.

Soy una ciudadana nacida en Catalunya, de familia -como tantísimas- catalana y castellana; ahora vivo en Madrid, pero sigo ligada a Barcelona. Para mí, sentimentalmente hablando, poner una frontera entre Barcelona y Ávila (donde nacieron mis abuelos) sería, usando el manido símil del divorcio, divorciarme de mí misma. Claro que entiendo el consuelo, la euforia, la "piel de gallina" que produce -especialmente en momentos de incertidumbre y desamparo- sentirse arropado por una nación milenaria, unánime y moralmente intachable. Pero no me lo creo. Catalunya no es ni más ni menos milenaria que España, y desde luego no es unánime ni lo ha sido nunca; tampoco es moralmente superior a nadie: allá hay un caso Gürtel, aquí un caso Palau, por poner un ejemplo. Los cantos patrióticos, los gritos rituales, las banderas, me parecen tan sospechosos con tres franjas como con cuatro barras. Creo que sirven para cerrar los ojos (o intentar que los cierren los votantes) ante las injusticias, la corrupción, la incompetencia, echándole la culpa de todo lo que sale mal al malvado enemigo. Un "razonamiento sencillo", desde luego... ¿Qué quiero? Por lo menos, participar en la decisión sobre el futuro colectivo. Cambiar las reglas de juego que aprobamos en 1978, sí, pero consultando a todos los jugadores. Yo también quiero votar.

Pero lo que más me inquieta de la carta es la desarmante buena fe de esa pregunta final: si "los de la Via somos la gente normal, los que están en contra, ¿quiénes son?". Que la incapacidad de entender a quienes piensan diferente llegue al extremo de poner en duda su "normalidad", eso es lo que a mí me pone la piel de gallina.

7.4.14

EL FIN JUSTIFICA LOS MEDIOS?





ENCUESTAS A LO HOMS

Aún resuena el eco de las carcajadas. Algunos aún recuerdan la cara de pasmo del director del Centre d’Estudis d’Opinió (CEO), Jordi Argelaguet, y la del conseller de Presidencia, Francesc Homs, cuando después de predecir el triunfo por goleada de Artur Mas en las últimas elecciones autonómicas los resultados desmintieron contundentemente esos pronósticos. La credibilidad del CEO se vino abajo, quedó herida de muerte. Luego llegaron los considerandos, las matizaciones y las justificaciones. Que si el voto de nuestro tiempo es volátil, que si los efectos de la crisis, que si la escasa credibilidad de los partidos políticos y de sus líderes, etc. Y, en un ejercicio de magnanimidad comprensiva más de uno relativizamos lo acontecido sin verbalizar -quizás por cortesía desmedida- esa sospecha que siempre llevamos dentro consistente en pensar que todo lo que pronostica, toca y dice el CEO se hace bajo la tutela partidista del conseller Francesc Homs. Es la reincidencia en el despropósito, es la falta de elegancia que gasta el titular de Presidencia con los servicios del CEO, lo que no cesa de generar desconfianza y sospecha de manipulación política e informativa.
Así, cuando Jordi Argelaguet, con el beneplácito de Francesc Homs, nos cuenta que el 73% de los catalanes han abrazado la fe independentista uno sospecha, de inmediato, que en esas cifras hay utilización torticera de los datos y poca solvencia científica. El tema roza el esperpento cuando uno se entera, también, que el estudio que ha utilizado el Govern para sustentar esa afirmación procede de un sondeo entre doscientos voluntarios que respondieron vía internet. Para más ‘inri’ el trabajo comentado lleva el pomposo nombre de “Mesura de les identitats”. Por si ello fuera poco, y para completar el panorama, se sabe que la última encuesta –tipo ‘ómnibus’ en la jerga de los entendidos en sondeos- se realizó entre los días 4 y 17 de diciembre del 2013 y que el ejecutivo tarda ¡tres meses! en publicitarla. Pero eso no es todo amigos, si diseccionamos las preguntas de esos estudios podremos comprobar que están maquiavélicamente pensadas, que adolecen de rigor e incluso que inducen a responder lo que desea el Govern. Hay más aún: las muestras utilizadas por el CEO registran una sobrerrepresentación de votantes de ERC,CiU,IC y CUP en detrimento de PP, Cs y PSC. ¿Casualidad?
En el último pleno del Parlamento catalán el diputado Juan Milián interpeló al ejecutivo al respecto de todo lo expuesto con anterioridad. La réplica del conseller se basó en un alegato en favor de la profesionalidad de las empresas que elaboran los estudios y en reprochar al interpelante que pusiera en cuestión el plan de trabajo elaborado por el Consejo Rector del CEO. Por cierto Consejo Rector éste, con mayoría gubernamental, que tuvo conocimiento de los datos exhibidos por el portavoz del ejecutivo a través de la prensa. Trampa saducea la respuesta de Francesc Homs dado que, lo que está en cuestión, no es lo aprobado genéricamente ni lo planificado sino la manipulación de la opinión pública que practica el Govern de Artur Mas inspirándose en los estudios y las preguntas del CEO. A partir del momento en que este departamento de encuestas dejó de pertenecer a la conselleria de Economía y pasó a Presidencia su destino y cometido servil estaba escrito. El CEO, en la práctica, se ha convertido en un instrumento más al servicio de un proyecto político en el que el fin justifica los medios. En un viaje al pasado nos recuerda aquel famoso episodio de manipulación de estudios y encuestas que le costó el cargo al, entonces, todopoderoso David Madí. Hoy las encuestas ‘a la catalana’ que manipula Homs son una vergüenza.
Tambie´n puedes leerlo en www.cronicaglobal.com

5.4.14

SOBRE PRIMARIES I PRIMARIS






ELS CLAROBSCURS DE LES PRIMÀRIES





Hi ha una clara diferència entre ser covard i ser valent. El valent creu, està convençut, que se’n sortirà, confia en les seves forces i voluntat per vèncer l’adversitat. El valent arrisca. El covard s’arronsa davant les dificultats, busca justificacions i excuses. En un moment històric com l’actual -en què la política partidària no gaudeix del favor del ciutadà- un PSC, audaç, ha arriscat impulsant unes eleccions primàries. No totes les coses li han sortit prou bé, és cert. La participació ha estat justeta i s’han produït estridències que s’hagueren pogut evitar. Sens dubte caldrà endegar mecanismes correctius al respecte però la dinàmica de les primàries ja rutlla, està en marxa. Els mètodes, les formes i els mecanismes que les fan possibles patiran transformacions per aconseguir perfeccionar-les, fer-les més atractives, més útils. Les primàries volen quedar-se entre nosaltres.
Han estat molts els analistes i polítics aliens al PSC els que han criticat ferotgement aquest procés. Uns ho han fet de bona fe, no ho dubto. Per contra, altres, s’han afegit frívolament a la moda de posar en qüestió tot allò que surt de les files socialistes sense ni un sol bri de comprensió envers l’esforç d’un partit, i de la seva gent, per obrir nous camins de participació. Sovint afegir-se per inèrcia al corrent d’opinió dominant no deixa de ser una modalitat de covardia, de manca de criteri o de venjança. D’això ni ha hagut una bona mostra als mitjans de comunicació de titularitat pública. De fer la guitza en saben molt alguns exdirectors de diaris i també alguns pseudointel•lectuals, altre temps a sou de les administracions governades per socialistes, als que sobtadament se’ls ha activat un esperit híper crític .
   Pel que fa als adversaris polítics ha succeït el que era de preveure. Xavier Trias ha aprofitat els desencerts per criticar l’experiment i deslegitimar-lo com a instrument d’obertura democràtica. El suggeriment del diputat del seu grup, Carles Campuzano, de fer primàries per triar dirigents i candidats a CDC ha atemorit i tret de polleguera la penya convergent. Quelcom de semblant ha succeït entre les hostes de Sánchez-Camacho que no ha pogut marxar a Europa, com desitjava, pel perill d’una nova guerra de successió a la sí del PP català. M’estalvio els comentaris respecte una ERC que tria digitalment els seus candidats a Europa entre espècimens pescades en el parc Juràssic socialista. A tots ells els ha incomodat l’experiment dels socialistes barcelonins, a tots ells els hi anat de faula els errors comesos.
  La resultant final de tot plegat ha estat l’elecció de Jaume Collboni com a candidat socialista a les properes eleccions municipals custodiat per una Carme Andrés amb un bon resultat. Benvingut al combat per una ciutat millor i més solidaria. D’ara en endavant els clarobscurs han de donar pas a la llum i aquesta s’ha de concretar en propostes, idees i noves maneres de fer.
Article també publicat a www.catalunyapress.com