El blog d'en Joan Ferran

9.3.14

LAS PRIMARIAS PARA CANDIDATOS A ALCALDE NO SON CONGRESOS








STOP TRILEROS




Aquí nada es lo que parece. En la política catalana algunos actúan como simples trileros. Vociferan y mueven las manos con una rapidez vertiginosa y nunca sabes a ciencia cierta en qué cubilete se esconde el garbancito. Fíjense: disponen las cajas de cartón tanto en la tele como en plena vía pública y, dentro del cascarón de las elecciones europeas, nos meten el garbancito de la consulta y el soberanismo. Lo mueven, lo agitan, lo desplazan y al final el pobre ciudadano “pringao” ya no sabe de qué va la cosa. Alguien grita: ¡Agua! y los manipuladores salen corriendo con el voto cautivo en la mano. Pero eso no termina ahí. Hay segundas partes. Tan solo toca esperar unos meses para que, bajo el cubilete de las autonómicas, germine otro garbancito que llamarán ufanos: plebiscitarias. Ya ven, nada es lo que parece…
Dicen que esta semana comienza la campaña electoral de unas primarias que van a dirimir quien será el cabeza de lista socialista para la ciudad de Barcelona. ¡Ojo! Ahí también hay trampa y cartón, y lo lamento. Un servidor esperaba propuestas contrastadas acerca de lo que atañe a la ciudad condal, pero parece ser que eso va a quedar en un discreto segundo plano. Esperaba un debate con un denominador común consistente en una extrema exigencia de honestidad, transparencia, valores, actitudes y proximidad. Pero no todos los candidatos están por la labor. Dentro del cubilete primarias/BCN alguien se esfuerza en meter un debate internista y partidario de corte congresual que solo interesa a los afectados. Alguien intenta introducir con calzador –equivocándose de foro- una crítica a las decisiones que toma la cúpula del PSC. Fatal e improcedente.
Ya ven, en este país las europeas tienen poco de europeas; las autonómicas dejan de serlo para ser plebiscitarias y las primarias del PSC huelen a un ajuste de cuentas. Demasiados trileros, cubiletes y apuestas sin que nadie reaccione y diga que ya está harto.
  ¿Saben qué? Ante tanta trampa y cartón prefiero pasar el tiempo leyendo una excelente novedad editorial y, así, culturizarme un poquito ante tanto funambulismo político. Ferran Gallego acaba de publicar “El Evangelio fascista”, un magnífico trabajo que nos permite conocer la verdadera naturaleza de lo que fue el régimen del general Francisco Franco. Manuel Azaña describió el régimen del sátrapa como “una dictadura militar eclesiástica de tipo tradicionalista”. ¿Fue eso o fue fascismo, bonapartismo, nacional-catolicismo… o fue simplemente un régimen autoritario? Lean a Gallego y saldrán de dudas.
Ustedes me perdonaran pero, ante tanta impostura a granel, a uno siempre le queda la opción de refugiarse en los libros; serios claro.