El blog d'en Joan Ferran

19.1.14

CONTRA EL PSC SE VIVE MEJOR








OTRA SANTA ALIANZA ...CONTRA EL PSC


¿Les suena el nombre de Metternich? Seguro  que sí. Karl Marx i Friedrich Engels lo citan en el primer párrafo del famoso Manifiesto del Partido Comunista. Este reaccionario canciller austriaco es citado junto al Zar, el Papa, Guizot y los radicales franceses como uno de los promotores de una Santa Alianza para combatir la marea del socialismo que se cernía sobre Europa. Y ya que algunos juegan a reinterpretar la historia según su conveniencia, celebrando centenarios y seminarios, uno también puede permitirse el lujo de intentar averiguar quién, en la Cataluña actual, se asemeja más al canciller Metternich como alentador de una cruzada antisocialista.  Veamos.¿Por ventura juega este papel el actual presidente de la Generalitat, Artur Mas? Y también, ¿Por qué no adjudicar a unos cuantos modernitos el papel de radicales franceses, o polizontes alemanes, disfrazados de portavoces de los deseos de un pueblo en marcha?...
Pues bien, un par de párrafos más abajo el famoso Manifiesto aboga por que las fuerzas progresistas “expongan a la luz del mundo entero sus conceptos, fines y aspiraciones”.
El acoso y derribo contra los socialistas catalanes y su primer secretario orquestado por competidores, adversarios y algunos correligionarios no tiene nombre. Persiguen, unos, desmantelar la fuerza política del socialismo en Cataluña para poder maniobrar con mayor comodidad según sus intereses partidarios. Para otros es el mecanismo que les permitirá, creen, satisfacer aspiraciones personales deseadas y jamás materializadas. Y todo ello sucede ante la mirada atenta de unos terceros que porfían por ‘pillar’ algo tras un hipotético naufragio socialista.
Pues va a ser que no. A los socialistas catalanes les corresponde hoy una ardua tarea de recuperación histórica. Dado que IC ha optado por abrazar un “neoliberalismo con sensibilidad social”, le corresponde al socialismo la intervención en la nueva conflictividad social, en lo que durante mucho tiempo se había llamado, sin rubor, lucha de clases y hoy reaparece con fuerza inusitada. Urge acometer esta tarea frente a aquellos que sostienen que la sociedad actual es un mero conglomerado de individualidades y gentes que viven felizmente cohesionadas merced al hecho nacional. El nuevo Metternich desearía hacernos olvidar el eje social, pero ello no le va a ser posible. Los nuevos radicales posmodernos nos quieren imponer objetivos que no nos son propios y difuminar el mensaje que le corresponde al PSC. Para ello, no lo duden, se valdrán de todo tipo de artimañas. Apelarán al Papa y al Zar de turno, a la estética de una democracia sin lealtades ni condiciones. Pero, a pesar de tanto ruido y eco mediático, al PSC le corresponde hoy más que nunca combatir para defender los derechos sociales aniquilados por la derecha. También la defensa de la cercanía del poder al ciudadano que es la esencia del federalismo.
 Hay una izquierda social que no milita en partidos políticos, que no firma manifiestos y está a la espera de que el socialismo recupere su instinto natural de clase, que sepa resistir.
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