El blog d'en Joan Ferran

2.8.11

SOBRE EL PSC Y SUS MANIFIESTOS CON GAS Y SIN GAS...






POR UN BABEUF PARA EL XXI




Resulta difícil adivinar si es Karachi, o Sao Pablo, la ciudad más densa del mundo. ¡Vayan ustedes a saber! En cambio me atrevería a afirmar, sin temor a equivocarme, que el PSC es el partido político con mayor densidad de manifiestos por militante y simpatizante del actual panorama político español. ¿Es ello positivo o negativo? Se preguntaran algunos. Pues, a decir verdad, prometo por imperativo legal que no lo sé. Quizás lo más interesante del fenómeno sea la predisposición, las ansias y la buena voluntad de muchas personas empeñadas en dar respuestas positivas a los retos de nuestra sociedad.
De manifiestos los hay de todo tipo y condición. Los he leído buenistas, transversales, izquierdosos, interesados e incluso de factura naif. Eso sí, todos son respetables y han de ser considerados como aportaciones bien intencionadas a la causa común que nos une. ¿Aun la de la humanidad? Ahora bien, permítanme una licencia entre este volcán de letras impresas e inspiradas por militantes, diputados, alcaldes y demás. Encuentro a faltar la fuerza de una figura arrebatadora como la de Sylvain Maréchal que fue capaz, en su tiempo, de arriesgar el tipo al escribir el famoso “Manifiesto de los iguales”. Un texto de referencia que podemos considerar como la primera declaración del derecho natural de los humanos para gozar colectivamente de los bienes terrenales. Sylvan Maréchal y François Babeuf, en el aludido manifiesto, escriben y defienden:


“No más propiedad individual de la tierra, porque la tierra no es de nadie… Declaramos que no podemos tolerar más que la inmensa mayoría trabaje y sude para el servicio y placer de una minoría. Esa situación ya ha durado suficiente tiempo, demasiado tiempo… ¡Pueblo de Francia! Abre los ojos y el corazón a la plenitud de la felicidad, reconoce y proclama con nosotros la Republica de los iguales.”
¡Aquello sí que eran manifiestos! Aquel igualitarismo devino excesivo para la izquierda de su época. Tanto fue así que Babeuf acabo detenido y ejecutado por haber osado criticar a los dirigentes revolucionarios por su deriva conservadora, por no impulsar medidas en pos de una mayor igualdad social en paralelo con los avances en la libertad política.
François Babeuf (Gracus) decía también:


“No queremos la igualdad escrita en una tablas de madera. La queremos en nuestras casas, bajo nuestro techo.”
Los “iguales”, los “conjurados” de Babeuf y Maréchal denunciaban en sus manifiestos las limitaciones y contradicciones de una situación política que solo había beneficiado a una nueva clase de privilegiados que viraban descaradamente hacia posiciones conservadoras.
Maréchal murió en 1803 y Babeuf en 1797 siendo catalogado como uno de los primeros teóricos y pensadores de la ideología socialista considerada en un sentido amplio. Han pasado más de doscientos años pero, visto y leído lo visto, siguen siendo insuperables confeccionando manifiestos.